Algo más que una cita especial fue la propuesta de Green Valley en Murcia, el pasado 14 de febrero.


Por: Tomás García


Como las flechas de Cupido -por continuar las analogías propias de la noche de San Valentín-, el reggae de Ander & co se aseguró de que la ceremonia quedase bien clavada en los corazones murcianicos.

Pasaban pocos minutos de las 10:00 pm cuando se abrieron las puertas de Garaje Beat Club. Un centenar de personas se agolparon ante la seguridad, impacientes por reservarse el mejor punto de vista para disfrutar el show. Como introducción, el gran reggae internacional de Chronic Sound.

La Beat Club, prácticamente completa y, entre el público, bastantes nombres del panorama musical murciano.

Habían transcurrido algunos minutos distraídos cuando un repentino silencio inundó la sala. Varios instantes de oscuro, vacío y profundo silencio, que se rompió cuando Ander, Egoitz, Pau y Jonathan empezaron a hacer de las suyas. El segundo Ander del grupo no se retrasó demasiado en salir, respondiendo a las llamadas a gritos del público.

Una vez reunidos todos los miembros de Green Valley, sonaron canciones de su último elepé Hijos de la tierra entre clásicos como Gente Real, Las estrellas del cielo o Bailando al son del mar. Los featurings no estaban, pero tampoco se notó. La energía del grupo logró hacer bailar incluso a los ausentes.

Como los “mais” fueron transcurriendo las canciones. Los dos Ander interpretaron especialmente motivados en esta, su primera visita a Murcia. El momentazo de la noche lo firmó Jonathan, que fue capaz de poner a bailar a Ander, y toda la sala de lado a lado. El mayor lujo de un directo de Green Valley consiste en contagiarse de la energía de una banda tan divertida como ellos.

Al unísono, entre grupo y asistentes, sonaron Si no te tengo y Mírame a los ojos. Se acercaba el final de la noche.

Antes de despedirse, se acercó al escenario Kaze. ¿Qué hacía tan cerca del escenario el Mc de Cartagena? Rápidamente la respuesta vino al sOn de: Que nada te pueda.

Maria Marihuana selló el final del concierto. Ella, y un público murciano que demostró que la próxima visita de Green Valley no debería hacerse esperar [tanto].

Chronic Sound recuperó el escenario y volvió a exprimir las pocas energías que restaban por la sala, sacando las fuerzas de flaqueza a todos los presentes. El reggae español está muy vivo, solo tenemos que cuidar cada semilla que se cultiva.

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