2014 no ha sido año para blandengues. En retrospectiva: bizarro, largo y un tanto hijoputa. Adjetivos que hacen justicia a los últimos doce meses, pero que también nos han limado los miedos y las excusas. Ahora sí, todo lo que reluce es acero forjado.


 Crónica por Ary B.  |  Dónde: King Creole, Estepona (Málaga)  | Cuándo: 27 diciembre  


La perseverancia es hoy factor común de una nueva generación de artistas currantes, honrados, multitarea. Y el concierto de esta noche, ¡último del año! y organizado por el grupo KNK Kinientoskilos -que también dejan su impronta sobre el escenario-, me parece el ejemplo perfecto de ello. Artistas que generan sus propias oportunidades.

Desde la bestia Zaragoza, Momo aka Letrón James es un rapero con los patrones del hip hop aragonés muy presentes: ritmos ‘gordacos’ y elevada exigencia retórica. Hoy, viene con su habitual Gordo del Funk -a quién él llama »gordi»- en la orquestación instrumental y, de vez en cuando, también en el micro.

El año pasado, el Mc terminaba de tallar su LP debut en formato profesional: Viento. Un disco cuyo esqueleto es la reflexión a través de la voz en solitario del artista, una que en ocasiones susurra para crear huecos a la intimidad y porque, bueno, nunca es necesario gritar. Un discurso mordaz, serio pero no lúgubre, ocurrente pero no recargado, que en directo comienza desde arriba con Punchline.

Grosso modo, suenan un buen montón de cortes de Viento [Llévame lejos, Un tipo como yo, Siempre quieren más, Despertando…], Momo sabe cómo pulsar los resortes de la atención del público y pronto se mete en el bolsillo a esos asistentes que al principio estaban más a sus birras que a otra cosa. También escuchamos canciones anteriores, como Volver (Bootleg 2012-2013) o el carismático Mr Fucker de su trabajo con Pseudónimo (9 Musas, 2011) y varios adelantos de su próxima referencia: El Don de Escuchar.

Aunque la contraportada del disco no alardee de ello -como otros habrían-, en un par de tracks participan Kase.O (estribillo y beat de Esa Voz) y Sho Hai, quien se une al escenario con A 3 metros sobre el hielo, canción de amor sin edulcorar que, por cierto, nada tiene que ver con los libros de Moccia. Nos vamos con Freedom, Solo vivamos y el protocolario bis de despedida.

Pero no nos vamos, esperamos al set final del Gran Mago Beodo. Bolinga tope, Hate nos pone a bailar House of Pain, Outkast, Gang Starr, Capaz… antes de un showcase que incluye Las cosas por su nombre, El rey de las cantinas, Vivir para contarlo y algunas novedades. Parece que el de Violadores también está preparando nuevo trabajo, así que ya son dos los que esperamos impacientes desde la Ciudad del Cierzo.

Al comienzo de esta crónica, elogiaba el trabajo de los artistas proactivos que no esperan sentados una mágica ocasión de llegar al público, sino que actúan. Y no es que sea lo ideal ni lo más justo asumir el cien por cien de tareas, pero me parece necesario señalar el coraje de quienes se lanzan. No sé, igual después de tantas calamidades somos un poco más tipos duros. Igual no, y lo que ocurre es que tenemos menos que perder.

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