Lejos quedan los años de One man army (2004) u Homogeddon (2005), primeros pasos en la carrera discográfica de Sergio Albarracín. Pasos que no caminaban en la misma dirección del rap más encorsetado del momento pero tampoco nadaban a contracorriente. Hace diez años, Elphomega eligió su propio camino y, en retrospectiva, su evolución ha sido el resultado de experiencia más experimento.

A día de hoy, el extraterrestre afincado en Málaga acaba de cumplir una década de trayectoria musical y ha decidido celebrarlo con un concierto en casa. El viernes 4 de abril, en pleno boom de giras nacionales, con la agenda cultural apretada y múltiples directos por fin de semana, Elpho cuelga el cartel de completo en La Cochera Cabaret. Como preludio al viaje en el tiempo que promete su directo, M.A.R.K.O. abre la noche con una breve actuación presentando su último trabajo junto a Sceno: Licor.


A lo largo de una trayectoria que se ha reinventado en cada nuevo álbum, existen puntos clave, temas memorables que sirven para controlar el calor del público en directo.


El atuendo es el esperado: gorra hacia atrás, gafas y camiseta. En el background, un pase de diapositivas nostálgico repasa a saltos algunos iconos (friquis) del cómic, fotos, frames… El artista sube al escenario acompañado sólo de Sr. Narko, que nos introduce en el show con un outro. Concretamente el de El Testimonio Libra: Postdata. ¿Y qué? Lo suyo nunca ha sido el protocolo mainstream.

A lo largo de una trayectoria que se ha reinventado en cada nuevo álbum, existen puntos clave, temas memorables que sirven para controlar el calor del público en directo. Así, la intensidad se mantiene con Obertura y Vietnam Hoy, ambos de Homogeddon; se eleva con Como un fan (El Testimonio Libra) y los scratches de Jesús Suárez; y despega contundente entre Sonámbulos y Doppelgänger.

Este último pulsa el botón de psicodelia cerebral. Esto es colores que bailan entre sí en nuestras cabezas rendidas al balanceo. Cortes cargados de paisajes sonoros, como Dream Warriors e Identidad Secreta (Alaska Morning) se explican en los motivos de Gafas. Nos gusta la música de Elphomega porque nos traslada a lugares perdidos en alguna parte de nuestra materia gris cuya existencia desconocíamos; arroja luz sobre lo hipnótico-exótico que ya teníamos en casa.

La complicidad entre Mc y Dj es una consecuencia positiva de tantos años y trabajos en la mochila, una negativa es que los versos de orfebrería son un reto para la memoria. Ambas marcas del paso del tiempo se materializan en una sincronía perfecta entre Doc Diamond y Elphomega, incluso cuando al último se le olvidan las letras.


Nos gusta la música de Elphomega porque nos traslada a lugares perdidos en alguna parte de nuestra materia gris cuya existencia desconocíamos.


MK Ultra, Fantasmas contra científicos, Polaroid 1984, Helis, R-11, Armonía Asesina, Sol de sábado, lluvia de domingo… el setlist avanza haciendo las delicias de los seguidores más melómanos. De hecho, no falta Bics & Blocs, un track recuperado de 2002 junto a Guateque Allstars.

El concierto levanta la sala paulatinamente y entre los últimos temas se repite el fenómeno greatest hits en un epílogo de poderío: Rock right now, Stardust y el track incorporado a la BSO de la película Drive, Sigo igual.

Para despedirse, Elpho recuerda (a medias) el Crazy Málaga de 2002 y nos agradece que le hayamos acompañado en su personal viaje de Regreso al Futuro. ‘‘El día 26 [de abril] repetimos el show en Sevilla, gente’’ dice antes de irse. Freaks, os lo recomendamos.

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