Multitud de expertos e investigadores coinciden en las propiedades beneficiosas del fruto del Citrus × paradisi. La lista de sus funciones saludables parece inagotable: tiene un enorme potencial como arma contra el cáncer, según un estudio de la Universidad de Canterbury; sus pepitas destruyen unos 800 tipos de bacterias, virus y hongos patógenos; es un repelente natural anti mosquitos; además de un sinfín de utilidades más.

En Flow Freaks hemos sentado la cabeza y vamos a empezar a cuidarnos si queremos que la salud no se resienta con tanta salida y concierto. Eso de tomar un vaso de jugo de pomelo todos los días, como aconsejan diversos médicos, no va mucho con nosotros. Así que optamos por la vía rápida. Nos enfundamos el uniforme, cámara al hombro, y fuimos el pasado fin de semana directos a Estepona para bañarnos en la marmita rebosante de zumo que nos tenía preparado el Pomelo Fest.

Para un individuo con los gustos musicales tan acotados, como es el caso de este que escribe, la asistencia a un festival de este calado puede parecer peculiar. De las doce actuaciones que componían el cartel, solo se encontraban dos representantes del hip hop: Kientoskilos y Elphomega. Los demás grupos me eran totalmente desconocidos y pido excusas por tal ignorancia. Entonces, ¿merecía la pena ir por ver solo a un grupo local y a Elpho, que hacía escasas semanas que lo pude disfrutar en la Feria? La respuesta es clara: SI.

Sin importar la música que uno demande, a nadie le amarga un dulce pasar un fin de semana, en una localidad costasoleña, rodeado de buenos amigos, muchos nuevas amistades por conocer si un@ se lo monta acertadamente, y sobre todo, un soberbio ambiente para pasarlo bien. Ahora el plan no parece tan descabellado. Con esta premisa desembarcamos el primer día de conciertos en el Puerto Deportivo de Estepona, enclave central del festival. Nada más llegar se empezó a notar el buen clima subtropical que reinaba, ideal para la perfecta maduración de un buen cítrico. La muchedumbre concentrada en las distintas terrazas de los locales cercanos al muelle hacía presagiar un abundante público para los conciertos.

Primera parada: Mimos en la Radio. Lugar: Duende Copas. A pesar de que no tenía constancia de este grupo, ni de la gran mayoría, ya solo con el nombre les otorgué un minipunto. Desde la organización se subrayaba que “la mejor manera de comenzar el festival es descubriendo nuevos talentos”. Abrí bien todos mis órganos sensoriales para poner toda, que a veces no es suficiente, mi atención en el pop-rock del grupo algecireño. Inútil. Para hacer justicia a los grupos participantes no me veo con las cualidades de poder hacer ningún veredicto sobre las aptitudes musicales de los artistas no pertenecientes a nuestro cosmos: el rap. Sin menospreciar a nadie, rebobinaré 16x para delante en las actuaciones en las cuales si mi yo del pasado me viera entre el respetable, pensaría “¿qué copón hace este aquí?”.

La apuesta internacional del festival, encarnada en los portugueses Nice Weather for Ducks, fue la encargada de concluir con la primera ronda de concierto en el Duende Copas. Por cierto, local más que recomendable, con amplia zona de barra, televisiones donde puede verse tranquilamente un Finlandia-España de clasificación para el Mundial, un futbolín que es la envidia de cualquier Pro Action Futbol y una terraza donde poder gozar de la brisa marina.

Tras reponer fuerzas en un “restaurante” denominado Speed (el nombre no puede ser más irónico), nos fuimos al Louie Louie Rock Bar a seguir la noche. Mención especial merece por mi parte la señorita que nos atendió en el antes mencionado local de comida rápida. Gracias, de todo corazón, por su atento trato con el cliente. Por ese encanto que usted desprende. Por alegrarme el día cuando pensaba que ya todo iba a ir cuesta abajo.

Sarcasmos aparte, el descubrimiento de la velada fue el Louie Louie Rock Bar. Más bien fue la poción mágica que allí se guardaba. Cada vez que oiga el sonido del viento… susurrará el nombre… Bavaria. Con  nuestra temperatura corporal aumentada en 8,6 grados, comenzó en la madrugada el carrusel de actuaciones conformada por: Negroazulado, Disco las palmeras! y Havalina. El local presentó un aforo a reventar. Prueba de ello lo mostraba el exterior, donde se aglomeraba el gentío para poder apuntarse a la dieta del pomelo.

Concierto tras concierto, el público ya empezaba a deleitarse de las propiedades de la vitamina C. Sufrí en mis propias carnes sus efectos diuréticos y depurativos, y las visitas al Sr. Roca empezaron a ser continuas. Ningún problema en ir al servicio, gran parte de mi vida la he pasado allí, pero tener que cruzar todo un tumulto se antojaba difícil. ¿No es interesante saber cuántas veces fui al baño, eh? Pues intentad hacer una crónica musical cuando no puedes escuchar la música. Es más, te molesta.

Es la única fruta pocha que nos encontramos en la cesta: el sonido. Es comprensible que sea difícil preparar tres actuaciones seguidas con un equipo técnico limitado. Pero tampoco es normal que no se escuche lo que dice un cantante a escasos dos metros de mí. Tal cantidad de decibelios era innecesaria. Sé que el cantante movía la boca, sé que los músicos tocaban, desconozco que (beep de censura) decían. Para los asistentes que se sabían los temas pienso que es como ver en la década de los noventa una de esas películas de los viernes de un canal de pago por tod@s conocidos. Tú no veías nada, pero te intuías algo. Pues igual. Esto no quita que mi persona, como los que me acompañaban, no nos lo pasáramos ¡Cowabunga! Al revés, la marcha no cedió hasta las 10 de la mañana. La hora de recolección ya llegaba tarde.

El segundo día era nuestro turno. Bueno, mejor el turno del rap de la mano de Kinientoskilos y Elphomega. Antes, la organización había preparado en el Polideportivo Las Viñas el partido “Patea a tu ídolo”. La sobredosis de pomelo no funcionó como esperábamos y hacer deporte no estaba en las prioridades.

A las 21:00 horas del sábado 7 de septiembre me encontré con la gran sorpresa del festival: KNK. El Pomelo Fest me brindó la oportunidad de ver por primera vez en directo al trío formado por Sabio, Odiho y Kamikaze Yusivo. Jugaban en casa y no se amedrentaron al ser los elegidos para calentar el escenario al Elphomega. En lo que se refiere al público asistente… Parece que los “pomelistas” no se apuntaron a eso de “descubrir nuevos talentos” y se perdieron una notable actuación. Todo pomelo deja un regusto amargo.

Los que no conozcan el flow y buen humor de este grupo, que se ha ganado unos cuantos megas en mi mp3, pueden informarse aquí un poco más de lo último de KNK; y escuchar el último tema publicado de Odiho, que también sonó en el festival.

Por fin, apareció Elphomega. Envuelto en su frecuente hábito, cubierta la cabeza con gorra y con su inseparable toalla, Sergio Albarracín y Doc Diamond mostraron a los presentes que estaban dispuestos a exprimir el Pomelo Fest hasta la última gota. El setlist difería escasamente del tocado en su actuación de la Feria de Málaga. Arrancó motores con Como un fan. Poco a poco se hizo dueño y señor del escenario y del público, al cual pidió encarecidamente que se acercara. La faena se vive mejor desde la barrera y Elpho quería sentir el calor del público. Para ello los iba a menear a cosa hecha.

En Estepona sonaron los clásicos del malacitano, como Sol de sábado, lluvia de domingo, Acabamos juntos o Doppelganger, una vez más la más aclamada y coreada. También hubo tiempo para la última colaboración con Tote King en Sólo importa hoy de El tratamiento regio. Además, los allí presentes escucharon uno de los último tracks de Elpho, Más que humano, un aperitivo para abrir boca de su próximo LP.

A fuego se me quedó en la mente lo ocurrido a las 23:39 horas (sí, lo apunte) cuando un individuo de entre los espectadores se me acerco en los primeros compases de Sigo Igual, rapeo sobre la canción Nightcall de Kavinsky, y me susurro al oído “esto es un puto hit”. No le faltaba razón al pobre diablo que, curiosamente, tenía una cara familiar para mí. La había visto antes, pero no le recordaba. Efectos de tanto cítrico…

Elphomega vaya a donde vaya deja su huella, y en el Pomelo Fest se convirtió en el Jesulín de Ubrique del Rap. Al igual que el archifamoso anunciador del ColaCao (sino han visto el spot de Jesulín, por favor, sin cerrar esta pestaña busquen en youtube el vídeo que no tiene desperdicio) a Sergio también le tiran las féminas ropa interior. Usada o no, Elpho no dudo en enmascararse con dicha prenda para convertirse en un superhéroe. ¿Bragaman? ¿Súper encaje?, eso se lo dejamos a él que tiene más experiencia.

Aún quedaba mucho festival por delante con las actuaciones de La Parade, Sanra Rita y Novedades Carminha. Nuestro paso esta vez por el Louie Louie Rock Bar era testimonial, tanto ácido (de la fruta) nos había pasado factura. Al final de la noche era hora de recoger los bártulos, una que otra amistad que reptaba, y hacer balance. Nota: progresa adecuadamente este festival que ya va por su tercera edición. Contra: que no durará más, tener que volver a la vida real y pasar por un trauma postvacacional, tan típico de estas fechas. Dictamen: volveremos.

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