Con seis discos, un maxi y dos maquetas a sus espaldas, además de millones de fans repartidos por el globo, Ignacio Fornés a.k.a. Nach (ya sin Scratch) es uno de los máximos exponentes del rap español a nivel internacional. La sonoridad de su voz y la construcción impecable de sus estructuras son atributos que le sitúan como referente en el terreno que comparten el rap y la poesía.

Siendo así, fue para nosotros un placer poder conversar con él a pocos minutos del último directo de su gira Mejor que El Silencio. Os dejamos con lo que Nach nos contó sobre ella, su próximo trabajo y demás tribulaciones de este artista enamorado de El Idioma de los Dioses.

Flow Freaks: Esta noche cierras una gira de más de 40 bolos, que te ha llevado por multitud de países durante más de dos años. Una gira que comenzó, si no nos equivocamos, el 31 de julio de 2011 en Madrid, concretamente en el Escenario Puerta del Ángel. Aprovechando que hoy te despides del Tour Mejor que el Silencio, ¿sabrías decirnos con qué te quedas de lo vivido? ¿Qué es lo que te ha enseñado esta experiencia?

Nach: A mí me ha enseñado a crecer en el escenario, sobre todo eso. A saber disfrutar cuando son muchos días seguidos de hacer conciertos con cansancio, sin haber dormido, estando a veces enfermo de la garganta y tal. Que siempre me había pasado, pero en esta gira es como que todo se ha consolidado un poco y me lo tomo con más calma.

Por ejemplo, en Latinoamérica había un concierto en el norte de Chile, al día siguiente otro en el sur de Chile y al día siguiente otro en otro país. Entonces, con la locura que eso supone, o te relajas y te pones el chip de hacer tu trabajo con la mayor calma posible, que es como lo tienes que hacer, o sino acabas mal de la cabeza.

Esta gira, que ha sido como más intensa me ha ayudado a eso, a crecer en todo lo que tiene que ver con conectar con el público. No sólo cuando estás rapeando sino cuando estás hablando y tal. Ahora siento al público mucho más cerca y de maneras más naturales cada vez.

Me ha enseñado también, sobre todo esta última parte de la gira, a contar con músicos: con cuerdas, con pianista… a trabajar con ellos sobre el escenario.

Y me ha ayudado a seguir creciendo como artista, porque en los escenarios es donde se demuestra realmente si eres artista de verdad o no. En el escenario muchas veces tienes imprevistos y cosas que pueden no salir como esperas y bueno, tienes que aprender a reaccionar ante todo eso y ser profesional. Entonces esta gira yo creo que ha ido más allá en cuanto a profesionalidad.

 

FF: ¿Alguna anécdota interesante para nuestros Freaks sobre la gira?

Nach: Ufff, yo tengo una memoria fatal… (risas). Más que anécdotas ha sido el hecho de, tanto en Latinoamérica como en España, compartir cosas. Compartir cosas con gente que se ha acercado a mí de maneras muy dispares y con historias personales muy increíbles.

Que tú muchas veces no te lo esperas porque llegas a hacer tu concierto y a estar con la gente… y llegan personas con situaciones muy bestias. Gente con enfermedades o un chaval que se te acerca y te cuenta que estaba con el suicidio en la cabeza constantemente hasta que escuchó una canción tuya y se le fue esa idea. No sé, ese tipo de cosas te las encuentras de frente y te quedas bastante impactado.

Sobre todo al ver el efecto que puede tener la música que yo hago en mi espacio reducido y conmigo mismo cuando la onda expansiva se abre y toca a otras personas.

Te podría contar muchas historias así tanto Latinoamérica como en España de gente que me transmite que mi música les ha ayudado. Es algo que puede sonar un poco pretencioso, ¿no? Decir ‘‘es que mi música ayuda’’, y no, yo no me planteo esas cosas ni me las espero. Pero cuando me encuentro cara a cara con gente que viene y te para por la calle, en el camerino o donde sea y te hace ver que lo que haces tiene un efecto muy grande en algunas personas. Y la cabeza te da un poco la vuelta porque, en el fondo, te das cuenta de que haciendo música puedes ayudar mucho y hacer cosas que ni te imaginabas.

 

FF: Es cierto que tus fans son muy expresivos, al menos eso hemos notado siempre a través de las redes sociales…

Nach: Sí, sí, muchísimo. Y en Latinoamérica me han pasado cosas como encontrarme gente en el sitio más inesperado, en medio de la montaña, y que haya alguien que se me acerca y me reconozca. Así, ¡por la cara! Vamos, eso no te lo esperas.

Todo eso es muy bestia porque, en el fondo, yo no tengo el chip puesto de que me va a conocer la gente por la calle. Entonces hay muchas veces que me sorprendo…

 nach

 

FF: Se ha hecho notar que tu paso por Latinoamérica ha sido muy intenso: 7 países, 13 conciertos, más de 35.000 asistentes y, a raíz de ello, el documental Latam Tour y hasta el tema dedicado a tus fans al otro lado del océano (Dedicado a Latinoamérica). Así que sabemos que a Nach le encanta Latinoamérica y toda su gente pero, ¿qué crees que es lo que allí engancha tanto de ti y de tu música?

Nach: Supongo que tiene un punto de humanidad porque cuando yo me planteo hacer música lo hago desde la perspectiva de una persona con sus luces y sus sombras sin ningún tipo de tabúes. Intento explicarlo y expresarme a lo bestia, sin poner límites. Entonces imagino que por ese lado mucha gente se ha identificado con su día a día, con sus problemas y con sus historias personales. Han podido identificarse con lo que digo y lo han cogido.

Más allá del simple entretenimiento de escuchar frases guapas o estructuras o flows locos, hay un matiz emocional extra en lo que hago. Y ese matiz será, supongo, el que a la gente le ha llegado y le ha inspirado para su día a día.

Es algo universal porque yo creo que cuando me pongo delante de un papel y expongo cualquier temática, la expongo como ser humano, más allá de lo que puedo ver en mi entorno. Es decir, creo que la manera que tengo de hacerlo permite que cualquier persona, por muy lejana que esté geográficamente, también pueda llevarse lo que digo a su terreno.

 

FF: En cierto momento de un directo capturado por el Documental Latam Tour, dices lo siguiente:

»Yo vengo de Alicante, España, que está a tomar por culo de aquí, está lejísimos de aquí, pero gracias a la música a veces parece que nos hablamos como si estuviéramos a 30 centímetros los unos de los otros.»

¿Crees que la música tiene el extraordinario poder de acercar a los pueblos?

Nach: Más que pueblos, gente, individuos. Personas que muchas veces se sienten solas y no tienen referencias. Hoy en día son muchas las referencias que vienen de maneras manipuladas y muy empaquetadas, ¿no? Lo que los chavales pueden ver tanto en la televisión y otros medios de comunicación como en ídolos deportivos, etcétera, está como muy marketing-izado.

Entonces supongo que, cuando ven a alguien normal sin ninguna pretensión más que la de expresarse, pues les transmite cosas que pueden entender a la perfección y que les sirven para su vida.

 

FF: Para hablar de tu trayectoria necesitamos mirar hacia atrás en el tiempo. Y nos gustaría saber ¿qué sientes o qué piensas a día de hoy al escuchar tus rimas de aquellos primeros álbumes como En la Brevedad de los Días (1999) o incluso maquetas como Trucos (1997) o D.E.P. (1994)?

Nach: Jajajaja, pues sí, te lo puedo explicar. Por un lado me da un poco de ardor de estómago (risas) al escucharlo porque está súper mal grabado, la voz, las letras son súper básicas… en fin. Pero, por otro lado, todo ese proceso me ha traído dónde estoy. Es un proceso necesario para empezar, sobre todo en aquella época sin ningún tipo de información; sin ningún tipo de equipo; sin ningún tipo de nada… lo que podía era la motivación y las ganas.

Y las ganas son lo que te va llevando de una cosa a otra, y a otra, y te das cuenta que poco a poco estás haciendo cosas de más envergadura que te llenan como artista. Entonces es eso, por un lado es la sensación de ‘‘madre mía, qué mal’’ (risas) pero, por otro, dices ‘‘pues claro que sí’’ (risas). Era otra época, otro contexto, y hay que escucharlo teniendo en cuenta el contexto en el que sucedió y cómo hacíamos las cosas entonces, que era todo muy básico pero nos divertíamos un montón. Al final, eso era lo que importaba, divertirse, y es lo que sigue importando y lo que hay que hacer o, al menos, intentar.

 

FF: Otra sensación que queremos saber cómo fue es la de grabar con grandes a nivel internacional como Talib Kweli, Inmortal Technique o Akhenaton. ¿Cómo fue trabajar junto a ellos en este Mejor que el Silencio?

Nach: La sensación es de que estamos haciendo cosas que valen la pena. Luchamos por conseguir cosas que en un momento dado parecen inalcanzables, pero luego no lo son tanto. Los artistas son artistas estén más lejos o sean más o menos respetados, y lo que hay que crear son sinergias entre unos y otros.

Hombre, me siento orgulloso por eso pero también hay mucho trabajo detrás que la gente no ha visto y que hemos hecho trabajando a pico y pala, con esfuerzo. Hemos trabajado para que las cosas que queríamos que sucedieran hayan sucedido, y sobre todo por el hecho de compartir cosas con gente a la que admiro tanto. Eso era algo para mí muy importante para sentirme realizado como artista y persona. Así que haberlo conseguido es un orgullo.

Hay veces que ni me lo creo, porque vuelvo a mi espacio, a mi casa, y pienso ‘pero esto, ¿ha pasado de verdad? ¡Ala!’ (risas). Y estoy contento pero es eso, hay mucho trabajo detrás para conseguir hacer esas cosas que crees que valen la pena, y cuando dan resultado es una alegría y motiva a seguir.

 

FF: Desde tus primeras maquetas has evolucionado a un sonido cada vez más cuidado a nivel instrumental y tus letras se han ido perfeccionando, situándote como uno de los Mcs de habla hispana de mayor calidad lírica. Y ahora anuncias que tu próximo disco no será ‘rap al uso’ sino más bien Slam, ¿nos explicas un poco en qué consiste y cómo llegas hasta esa idea?

Nach: Bueno, el SLAM se puede definir como poesía oral interpretada, en este caso con música. Aunque también sin música hay muchos artistas que suben al escenario solos con el micrófono y muestran su poesía recitada.

Yo tenía textos a los que no veía espacio dentro de una canción de rap en un tiempo en el que me encontraba investigando mucho lo que es la poesía en todas sus formas. Y el Slam es algo que yo conocía hace mucho tiempo y siempre me ha llenado. Entonces empecé a buscar por ahí y empecé a escribir. Aunque mi educación dentro del rap también sigue ahí y se ve reflejada en las estructuras, etcétera.

Pero también se trataba de buscar otra forma de comunicar. Otra forma de comunicar que no tiene que ser tan distinta porque guarda la esencia al mismo tiempo, pero que con ella la música cambia, la energía cambia… pero la esencia yo creo que es la misma. Así que la gente que está acostumbrada a escucharme no se va a sentir confundida ni fuera de lugar, porque va a captar cosas ahí que son muy bonitas.

Estoy muy orgulloso de ese disco porque era un reto. Salirte de lo que estás haciendo normalmente, meterte en otro rollo y ver qué sucede era un reto grandísimo. Y creo que ha quedado un disco único, un disco que tiene muchísimo que decir. Si no tuviera nada que ofrecer me quedaría callado, de hecho de ahí vino el título de Mejor que el Silencio.

Los Viajes Inmóviles es un disco que está hecho con mucho corazón, con mucha alma y… no sé, tenía la necesidad de hacerlo como artista. Tengo que obedecer a eso. Pero no quiere decir que deje el rap.

 

FF: ¿Crees que algunas personas lo van a entender así, como ‘Nach deja el rap’?

Nach: El que piense eso no sabe de qué va la vaina y se queda en el típico discurso simplista. Yo creo que como artista tengo que ir buscando y viendo por dónde tengo que ir para sentirme lleno.

De verdad que estoy muy contento con el disco y de hecho en el directo de hoy voy a hacerme un tema, ya cuando lo escuchéis cada uno dará su opinión. Que es algo que también me motiva bastante, ¿sabes? La incertidumbre de la respuesta del público me tiene un poco ahí nervioso, excitado. Está guay.

Pero bueno en breve volveré con otro disco de rap y todo volverá a su cauce. Aunque el cauce sigue siendo el mismo.

 

FF: Es cierto que la esencia de tu música se mantiene, pero ahora te rodeas de un equipo de músicos, de instrumentos reales y quizás eso permite sacar de ti nuevas letras, nuevas cosas que igual antes no podían salir…

Nach: Exacto, es eso exactamente. A nivel musical hay un color en el disco que yo nunca había dado. Todo con instrumentación real, con un compositor increíble como es Moisés P. Sánchez, que se ha encargado de componer toda la música. Y con artistas como Ara Malikian, Javier Paxariño… bueno, un montón de gente que aparece ahí y que son músicos expertos. Entonces ese color que rodea todas mis letras a nivel musical es súper interesante también, por lo menos yo lo veo así.

 

FF: ‘‘Estamos ante un Stradivarius del rap’’, es una referencia a ti que leímos recientemente…

Nach: Eso lo escribió un director de cine que, bueno, sigue mucho mi música y fue quien hizo la descripción del disco de Mejor que el Silencio. Y es un gran halago.

 

FF: A nosotros esas palabras nos hicieron preguntarnos con qué instrumento te identificarías tú más, tú o tu música.

Nach: Hombre yo con el piano. El instrumento que logra sacar todo de mí es el piano.

 

FF: Antes de irnos, tenemos que hacerte la pregunta ‘marca de la casa’ de Flow Freaks. ¿En qué es Nach muy Freak, que no sea la música?

Nach: Algo en lo que yo sea muy friki… Fran, ¿en qué soy yo friki?

Francisco Cañas: En gorras, en zapatillas…

Nach: Ah, sí, sí (risas). En zapatillas no mucho pero gorras sí que tengo una colección. Pero las uso, yo no las tengo para mirarlas ahí (risas). Soy bastante friki del baloncesto… Pero tampoco soy un frikazo, toco bastantes palos pero no estoy ahí obsesionado con ninguna cosa.

Me intereso por varias cosas a la vez, la verdad, y creo que el baloncesto es lo que más me tiene atrapado. Siempre estoy siguiendo la NBA, las estadísticas, me hago mis propias cábalas de esto y lo otro. Eso es lo que más me mola.

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