La noche del 1 de febrero daba comienzo el Tangram Tour, protagonizado por Piezas y Rayden y, afortunadamente para nosotros, lo hacía en Málaga. Concretamente en un habitual ‘‘refugio sonoro’’ del Rap en la ciudad: la Sala La Trinchera. Considerando los nombres en el cartel y el precio, la sala no estaba repleta en lo que a número de asistentes se refiere. Sin embargo, si hablamos de entrega y energía del público, no cabíamos.

Para los rezagados desconocedores del por qué del nombre de esta gira, una breve explicación: el Tangram es un juego de siete piezas que se combinan formando infinitas siluetas. Pues bien, Rayden, Res Non Verba, Dj Mesh, Piezas, Jayder y Soriano se van a recorrer España como seis piezas inamovibles de este juego para, en cada concierto, unirse a un artista o grupo ‘sorpresa’. Así, en cada directo el Tangram dibujará una nueva figura. En Málaga, los invitados fueron Trafik, Dj Rune y Sergio.

Una vez hechas las presentaciones, situémonos: serían las 20.30 h aproximadamente cuando, entre tweets de impaciencia desde la cola, se abrían las puertas de la sala. Una vez dentro, tuvimos un ratito antes de que comenzara el show, ratito que aproveché para fijarme (porque una es cotilla por naturaleza) en el estado fisiológico-anímico-sonoro de las personas que me iba encontrando. Quizás fuera impresión mía debido a las expectativas infundadas por la risueña mirada que vi en la cara de Rayden al entrar, pero me pareció que entre el público había más sonrisas de lo habitual, y eso que acabábamos de llegar.

djrune

En unos quince minutos subió al escenario Dj Rune, que fue directo al grano soltando scratches rápidos para que entendiéramos que la noche empezaba ya y no podíamos dormirnos en los laureles. Por si no había quedado claro, enseguida se le unieron en los micros Trafik y Sergio.

Trafik

El sevillano Trafik nos pidió ayuda con eso de ‘Yo digo Hip, tú dices Hop’, algo Fácil para empezar. Después vinieron Intromental y Truco o trato seguidas de un fragmento del tema de Crew Cuervos: Hemos matado a Carrie. A continuación y a pesar de faltarnos Jotandjota, acompañamos a los sevillanos a gritos en The Big Gang Band, como si supiéramos que no íbamos a poder cantar la siguiente: un adelanto del próximo Cuestiones como el lenguaje (un trabajo enteramente producido por Dj Rune que veremos este 2013).

Este primer fragmento de la velada terminaba con El club de los tristes y mucho ruido para despedir a Trafik, Rune y Sergio pero también para dar la bienvenida a uno de los pesos pesados del Tangram: Piezas.

piezassoriano

Que no venía solo, en los platos le acompañaba Jayder y en el segundo micrófono la voz de Soriano que, en directo, es capaz de inundar la sala. Teníamos delante a tres artistas cuyas trayectorias han estado muy unidas, lo cual se hacía realmente palpable sobre el escenario en forma de complicidad y un ensamblaje perfecto entre ritmos y rimas (puntuales fallos técnicos aparte).

La intro fue Fuera de serie, y vino seguida de Wow Wow un tema con el que Piezas establecía, con la autoridad que le brinda su propio carisma, el que sería el tono de toda su actuación: prohibido no saltar, salvo que el tema requiriese lo contrario.

piezas

Desde el principio a los murcianos les llovieron peticiones de Un desencanto encantador, uno de los singles favoritos de su Mal Ejemplo. Sin embargo, el tema se hizo esperar, primero teníamos que escuchar algunos de los mejores cortes de su ADN La Mixtape: Busca en otra parte y Bla Bla Bla, así como un clásico que nos decía que somos Ráfagas de tiempo sobre una base de blues.

El público fue demostrando progresivamente su conocimiento de las letras conforme avanzamos desde Blanco y negro hasta Reverse, pasando por Dentelladas, Escupe y Suciedad. Al llegar a Esto o aquello, Málaga hizo las veces de Shabu en el estribillo, cosa que resultó en un spanglish ligeramente confuso, pero colaba. Más resueltos nos vimos con Fuego y Sweet Dreams, y Piezas debió de vernos bien dotados para los coros, porque a continuación nos pidió ayuda con algo más complejo: ‘‘¡Si yo digo ‘cabrón’, tú dices ‘guarra’!’’.

soriano

Viendo que nos habíamos portado bien, los Finest de Murcia nos regalaron lo que habíamos pedido: Un desencanto encantador, un tema que nos habríamos bebido entero si no hubiera sido por el fallo técnico aludido anteriormente. Fallo que no impidió a Piezas retomar la letra a capella.

Como despedida: Tortura, una canción contra la barbarie hecha tradición en España que son las Corridas de Toros.

Aquí se produjo algo muy curioso: los malagueños mostramos un corazón dividido casi como el de un niño pequeño que intenta alcanzar a la vez sus dos juguetes favoritos y no puede: se solapaban gritos de ‘¡Piezas, Piezas, Piezas…!’ con otros de ‘¡Rayden, Rayden, Rayden…!’. Esto en la Costa del Sol se traduce de la siguiente manera: no queremos que termine este concierto pero estamos ansiosos por ver el siguiente, así que nos lo solucionen ustedes, señores artistas.

rayden+resnon

Sin previo aviso ni apenas tiempo de reaccionar, Rayden estaba sobre la tarima a mitad de fragmento de ‘Héroes y Villanos’. Le acompañaban Mediyama, Tykelh (Res Non Verba) en los micros y Dj Mesh en la mesa de mezclas. El madrileño era el artista más esperado en la sala por un público que le recibió con el ruido más fuerte de la noche.

Para empezar fuerte: Charlatanería y L’espirit de L’escalier. Después vinieron las presentaciones entre coñas y satanismos de Res Non Verba, y comenzó ‘‘oficialmente’’ una actuación marcada por los contrastes entre los que Rayden bautizó como momentos ‘lima’ y momentos ‘dulce’.

Para empezar, dulce: con Dentro de ti destacaron los gritos femeninos. Después contraste y No nacimos ayer con una pequeña modificación en la letra: en lugar de ‘…como ver a Camps hablar de Garzón…’, se ve que Rayden se hizo un lío y se le escapó ‘¡Rajoy dimisión!’. Un pequeño lapsus que fue acompañado de aplausos entre el público.

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El siguiente momento tierno vino de la mano de las canciones dedicadas por Rayden a su hermana y a su madre. Aunque echamos de menos a Sharif y al Chico de Fuego, ocurrió con Mi primera palabra un bonito fenómeno que se repetiría dos veces más aún: la expresión de sorpresa y emoción del madrileño al comprobar que prácticamente toda la sala se sabía la letra de principio a fin.

Punto medio sonó (muy apropiadamente) como puente hacia el hardcore que llegaría seguidamente con Res Non Verba y La Boca del Asno. Cuando Rayden les dejó solos en el escenario no tardaron en demostrar que algunos poderes sobrenaturales sí que tienen: y es que si Mediyama y Tykelh dicen que hay que gritar, se grita, porque es imposible hacer otra cosa.

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Y ya con la inercia de gritar metida en el cuerpo, nos zambullimos de lleno en uno de los temas más poéticos de Mosaico: Nunca será siempre. Inmersos en él, vimos brotar una sonrisa de emoción en el rostro de su autor, quizás debida a lo bien que sonaba la compañía de todas las voces de la sala en cada verso. El fenómeno se había repetido.

Y se produciría una vez más después de Mentiras de Jarabe y Tierra de Por Medio, nada más y nada menos que con el clásico Sastre de Sonrisas. Para terminar, una petición de Rayden: Recuérdame (que no hacía falta que nos lo pidiera) y un tema de los que llegan a la patata: Si Vas.

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Si alguien todavía se pregunta porque el madrileño miembro de A3 Bandas y Crew Cuervos es tan querido por su público, le podéis contestar que por cosas como ésta: nada más terminar el concierto todos los artistas subieron al escenario a liarla un poco más y, finalmente, Rayden invitó a todo el que quisiera un autógrafo en su disco o (cito textualmente) ‘’lo que fuera’’, que esperase en la sala porque enseguida salía. Y así lo hizo.

A lo largo de más de cuatro horas de concierto habíamos caminado despacito y disfrutado de las sensaciones a lo largo de un espectáculo marcado por estilos diferentes de diferentes artistas. Pero, como ocurre en el Tangram, los siete piezas de la noche habían encajado perfectamente.

Crónica por Ary Blue y Valeria Noriega.

Fotos por Ary Blue.

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