El pasado 18 de junio de 2013, tres años después de Dirty Bailarina, llegaba a nuestros oídos el quinto álbum de Mala Rodríguez a través de Universal Music.


Por: Ary Blue


Un disco que lleva Bruja por título; pero también por narrador(a) e hilo conductor de un apasionado discurso sobre la libertad. Y es que la particular Bruja de la que se viste La Mala es una mujer poderosa y visceralmente honesta pero sobre todo es eso: libre.

Los doce cortes que componen el disco, que serían trece si contamos la versión de Quién Manda con Rapsusklei (vaya lío de tracklist), presentan una dicotomía clara entre letras que versan sobre injusticia social y crítica política (como Esclavos o La Rata) en contraste con otras que respiran pasión e inquietudes personales (como Hazme Eso o Caliente). Sin embargo, nos encontramos con un contraste que la gaditana ha transformado en armonía. Y os explicamos cómo.

No nos chirría ni una nota al saltar del durísimo ‘tenemos justamente lo que nos hemos buscado’ (Caja de Madera) al sentimental ‘dime la verdad, ¿tú piensas en mí? ¿qué te impedía venírmelo a decir?’ (Miedo a Volar). Y eso que acabamos de pasar de un tema reivindicativo de la igualdad social a otro que derrocha con sinceridad emociones y conflictos individuales. Entre ellos, la continuidad reside en la fiereza y el rechazo a la fragilidad que son palpables a lo largo de todo el trabajo.

Pero todo el peso no recae sobre la lírica, gran parte del ensamblaje bebe de un apartado instrumental rigurosamente cuidado hasta el mínimo detalle por Dj Randy, Djimi Finger, Jotamayúscula, Cookin Soul, Lex Nevl, Serious Scorrious y Clement Animalsons.

Esta amalgama de productores ha logrado un sonido que ensalza las letras y cubre su mensaje de matices. Cabe destacar detalles como el fade-out que en 33 nos deja con ganas de más y en Lluvia nos pierde entre el agua o el piano que viste de solemnidad a los Esclavos.

Quizá el tema más llamativo y representativo de la suma de hardcore más conscious rap sea 33. Desde el abrupto comienzo: ‘¿Qué mierda eres?’, estamos ante un track que critica y al tiempo exuda violencia.

Dura, altanera y agresiva, la Mala juega el papel de la ira que, encarnada en su voz, adopta tonos graves y transmite un verdadero estallido de rabia. Sin embargo, a pesar de la explosión, en ningún momento da la sensación de perder el control.

En cuanto a las aportaciones de Sefyu, Canserbero, Shotta y Rapsusklei cabe destacar que, a diferencia de muchos otros discos estrenados este 2013 siguiendo la moda del exceso de colabos, en este caso son meros adornos. Y no es que sean malos temas ni que sobren, no nos entendáis mal. Simplemente en comparativa con el panorama de últimos lanzamientos, Bruja no perdería mucho sin ellos.

En definitiva, el último álbum de Mala Rodríguez, cargado de ingenio, estilo y honestidad, se puede considerar uno de los pesos pesados de este año.

Dejar respuesta